El célebre escritor cordobés Juan de Mena fue enterrado en la iglesia de Torrelaguna en 1456 después de morir de forma accidental en nuestra Villa, cuando estando de paso se cayó de un burro. Otras teorías también apuntan a una enfermedad como motivo del óbito.
Sin embargo, en el último cuarto del siglo XIX, sus restos fueron trasladados a Madrid para formar parte del Panteón de Hombres Ilustres que iba a construirse en la iglesia de San Francisco el Grande.
Como este proyecto no se materializó, pasados unos años, los restos regresaron a Torrelaguna.
En la actualidad, descansan en una hornacina abierta en la capilla lateral izquierda de la cabecera de la iglesia. Dos lápidas adornan su monumento funerario, una depositada por la Real Academia de la Lengua y la otra rememorando el epitafio que el Marqués de Santillana, su buen amigo, le escribió.
“Feliz patria, dicha buena,
escondrijo de la muerte,
aquí le cupo por suerte
al poeta Juan de Mena.”
Los restos del poeta fueron exhumados en 1984 para su análisis científico.